«He de contar a esos hombres un secreto —se lee en la Introducción— que puede muy bien ser el comienzo de ese camino por donde Cristo quiere que anden. Amigo mío: si tienes deseos de ser grande, hazte pequeño. Ser pequeño exige creer como creen los niños, amar como aman los niños, abandonarse como se abandonan los niños..., rezar como rezan los niños. Y todo esto junto es preciso para llevar a la práctica lo que voy a descubrirte en estas líneas: el principio del camino que tiene por final la completa locura por Jesús, es un confiado amor hacia María Santísima».
view more