A veces parecería que los problemas no vienen solos, es como si llegaran a un acuerdo para sincronizar. Viene un problema y luego otro, talanes otro más. ¿Te ha pasado? El problema se vuelve un gigante.
La Biblia enseña cómo pelear contra gigantes, pero lo más importante, cómo vencerlos, porque siempre vendrán gigantes.
Pelear contra un gigante puede llevarte a… ¿ser tragado por el gigante? ¡Vaya problema! ¿Qué hace Dios en ese caso?
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