Los esposos deben ser para sus hijos imagen del amor de Dios. José Luis Gadea nos explica que la misión del matrimonio es lograr que sus hijos, al verles, digan: «Mirad cómo se aman, así nos ama nuestro Padre Dios». Los esposos son profetas de Dios que, amándose, muestran a sus hijos quién es Dios.