¿Recuerdas dónde estabas el 9 de diciembre del 1980? Yo lo recuerdo perfectamente. Ese fue el día después que mataron a John Lennon. Me levanté temprano. Compré el periódico (¿te acuerda de lo que era eso?) y me saltaron las lágrimas. Un ícono de mi generación se había ido. Las redes sociales no existían, pero la noticia se regó como la pólvora.
Si naciste después del 1980 quizás sea comprensible que no sepas quién fue John Lennon (aunque tendrías haberte criado bajo una piedra). Los Beatles fueron los líderes de una generación y cuestionaron cada fibra de lo establecido. Todo eso, sin redes sociales.
Hoy el mundo es mucho más complejo… dicen algunos. Para mí es mucho más sencillo; o simplista si vamos a ver. Las redes sociales han propiciado una mentalidad de manada como nunca antes había visto la humanidad. Si los Beatles arrastraron mucha gente, Facebook los deja cortititos. La diferencia es que los Beatles nos enseñaron a cuestionarlo todo y Facebook nos ha enseñado a aceptar.
Antes del 1980 (bueno, del 1977 para decir la verdad) los jóvenes nacían, jugaban, se educaban, se enamoraban, se casaban, se reproducían y envejecían como mismo se había hecho por siglos. En cada barrio había una esquina donde la gente se reunía a discutir los acontecimientos del día, a darse la fría y a descargar sus frustraciones. El cafetín era el “chat room” donde se discutían los “issues” del momento (lo que estaba “trending”). La gente se miraba cara a cara. Las palabras eran la moneda franca de la sociedad.
En el mundo del mercadeo la gente se miraba cara a cara. Hablaban (¿te imaginas eso?). ¿Y sabes qué? La humanidad sobrevivió por siglos.
Contrario a lo que puedas pensar, las redes sociales han sido un fenómeno de los últimos 25 años. Sí, así como lo oyes. La primera fue “Six Degrees” y se estableció en el 1977. Exactamente hace 25 años.
Sin embargo, para muchos jóvenes —e inclusive, para algunos viejos— las redes sociales han resultado una especie de “anestesia social”. Han perdido la capacidad de comunicar. Se esconden detrás del supuesto anonimato para decir barbaridades que luego no pueden “desdecir”. Son incapaces de sostener una conversación inteligente (y mucho menos iniciarla). Basta con ir a un evento social (¿te acuerda de esos?) (los que se celebraban antes del Covid) y los vemos como floreros por las esquinas… con la cara enterrada en el móvil.
La supuesta hipercomunicación de la era de Facebook no es más que la hipocomunicación de una generación entera. La habilidad para hablar está ausente. la de escribir, ni hablemos, y la lectura se ha reducido a fragmentos de 280 caracteres. Y gracias a Dios, porque antes eran 140.
En medio de esa hipocomunicación el mundo de las ventas y el mercadeo luchan por sobrevivir. El ruido es ensordecedor y alcance es paupérrimo. Cada ves la comunicación cuesta más… y se logra menos. Pero no tiene que ser así.
Afortunadamente, las mismas técnicas que le sirvieron bien por décadas —y hasta por siglos— a los expertos en mercadeo puedes utilizarlas todavía. Es cuestión de desenterrarlas, desempolvarlas, lavarle la cara un poco y ponerlas en acción. ¿Y sabes qué? Te van a sorprender, porque la psicología humana no ha cambiado desde el australopitécido pa’ acá.
Inclusive, muchas de esas técnicas “de antaño” pueden funcionarte mejor que cuando se implantaron originalmente, porque la población no las conoce (en muchos casos) y —claro— tampoco las espera.
Así que de eso es que vamos a hablar hoy y la semana que viene, de 20 maneras de mercadearte tú —y mercadear tu negocio—sin el uso de las redes sociales.
ENLACES:
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