Nuestra singularidad es producto del diseño de Dios. El Señor creó individualmente nuestro temperamento, nuestros dones, pasiones y deseos. Cada uno de nosotros es único; sin embargo, en las iglesias tenemos la tendencia de darle una talla única al crecimiento espiritual, causando frustración y desaliento en aquellos que no se ajustan a esa talla. Por eso, en lugar de seguir el método de «producción en masa», necesitamos buscar las maneras orgánicas que más nos ayudan a conectarnos con el Padre. Si todos tuviéramos una misma experiencia con Dios y le devolviéramos una adoración idéntica; el canto de la iglesia no sería una sinfonía, sería como una orquesta en la cual todos los instrumentos estarían tocando la misma nota.
--- Support this podcast: https://anchor.fm/dante-gebel/support
Create your
podcast in
minutes
It is Free