“Una caja de polvos que ella solía hacer”. Cautivadas por esta enigmática referencia, en una carta desesperada de fray Luis de León, a unos polvitos milagrosos, consoladores, fabricados por cierta monja del monasterio de Madrigal, LHDF nos arrojamos, en estado de conciencia alterado por exceso de labores, a un asombroso recorrido que te llevará de laboratorios conventuales a redadas en boticas, de jesuitas y alijos de chocolate a disputas en torno a las excelencias y maravillas del tabaco, de enrevesadas disquisiciones teológicas sobre sustancias adictivas, ayuno y eucaristía al espectro demoníaco que acecha tras cada golosina. “Medicamentos frigidísimos”, “yerbas calidísimas y fuertes”, “tigres, leones y fantasmas y cosas horribles y penosas”, lugares remotos donde “se vende el opio en las tiendas, como acá una conserva”. Alivios de pasiones y melancolía, pésimos viajes y filósofos naturales soñando con un futuro capaz de producir nuevas sustancias para “alterar o exaltar la imaginación”. Desde la sobria clausura académica y sin ser nosotras nada de eso, esta semana os hablamos de, “como llaman ellos”, “como dicen los tales que las usan”: DROGAS.
Create your
podcast in
minutes
It is Free