¿Puede un García ser diplomático? El fraude de los becarios
Al mundo de la diplomacia se le asocia normalmente con gente de traje negociando documentos importantes hasta altas horas de la noche, cócteles en sitios exclusivos y lujo en general. Una imagen a la que ha contribuido el cine y la literatura. Pero la realidad, por lo menos la realidad de la diplomacia española, es mucho más cutre. Cada año Exteriores convoca centenares de plazas para que estudiantes universitarios o recién graduados sean becarios en los servicios centrales del Ministerio o en las embajadas y consulados de España en el exterior. Solo el último verano se convocaron 379 puestos por todo el mundo. Muchos de los jóvenes se asoman al mundo de la relaciones internacionales por primera vez o aspiran a ser diplomáticos y lo hacen sin ningún tipo de ayuda o contraprestación económica. Ser becario en el Ministerio de Exteriores es un lujo que solo se pueden permitir las familias con los recursos suficientes. Y lo que es peor: becarios sustituyen o evitan la contratación de personal laboral y la administración se ahorra millones de euros al año, tal y como revelan informes internos en los que se realizan los cálculos.
Créditos:
Más información:
Create your
podcast in
minutes
It is Free