Hay temporadas en que, aun cuando Dios quiere que seamos cola de león, seguimos nuestros propios deseos, apresurándonos a ser cabeza de ratón. Eso pasó a Giezi que, aun estando bajo autoridad de Eliseo, prefirió trabajar para su propia agenda; y su codicia y su arrogancia lo dejaron leproso a él y a sus hijos. La arrogancia es la lepra del alma. Oremos para tener siempre UNA sola agenda... la que Dios haya escrito para nosotros.
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