Mucha gente renuncia a sus sueños porque el sistema o la religión organizada, les dijo que no hay lugar para ellos. Pero, si Dios comenzó algo en nuestra vida, no debemos abortarlo sólo porque hay dolor u oposición. Todo ese dolor, es una indicación de que el parto se acerca; aunque, al igual que María, tengamos que dar a luz nuestro sueño en medio de ovejas, bueyes, vacas y otros animales. Recuerda que las circunstancias, no pueden detener la promesa. El Señor ha creado un Reino fuera del sistema y todos podemos ser parte de ese Reino.
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