Solo han pasado unas horas desde que Macu Machín compartiera con el mundo 'La hojarasca', presente en la sección Forum de la Berlinale, y la celebración con buena parte de su familia en la capital alemana -incluida su madre, una de las coprotagonistas-, sigue enredada en su cabeza. Recuerda la timidez con la que se enfrentó anoche al Q&A con el público para hablar de "este ejercicio de terapia familiar" que comenzó a gestarse hace ya 20 años, y que se basa en un reencuentro, en la frontera entre la ficción y la realidad, entre tres hermanas: su propia madre y sus tías. "La primera semilla se gestó en Buenos Aires, viví 10 años allí y emergió toda la mitología familiar, todo el paisaje y toda esa potencia. Toda la fuerza de mi familia. Esa necesidad de reconciliar cosas, ese sentido de pertenencia que es tan propio de Argentina", explica Machín en conversación con Kinótico. "Tenía tantas preguntas estando allí que sentí la necesidad urgente de hacer una película, y esa urgencia se ha extendido 20 años".
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