Todos somos adoradores de algo, o de alguien. La idolatría no es uno de muchos pecados; sino el gran pecado, del cual se desprenden todos los demás. Si comenzamos a escarbar debajo de la superficie de cualquier lucha que estemos enfrentando, vamos a descubrir que debajo de todo, siempre hay un “dios falso”. Y mientras ese “dios” no sea destronado y el verdadero Dios no ocupe ese lugar, no vamos a alcanzar la victoria.
Create your
podcast in
minutes
It is Free