La gran cantidad de espacio que se dedica en el cráneo la cabeza nasal supone una indicación de la importancia de las funciones de este órgano.
En el libro la ciencia de la respiración escrito hace más de un siglo, el Yogui Romacharaka dijo lo siguiente acerca de respirar por la nariz en lugar de por la boca: “Una de las primeras lecciones en la ciencia Yogui es la respiración es aprender a respirar por la nariz y abandonar la costumbre de hacerlo por la boca”.
Muchas de las enfermedades a las que está sujeto el hombre civilizado son indudablemente consecuencia de este vicio tan común de respirar por la boca.
A continuación se enumeran algunas funciones de la respiración nasal:
- Impone aproximadamente un 50 % más de resistencia que la bucal al flujo de aire en individuos normales, lo que supone del 10 al 20 % más de absorción de oxígeno.
- Calienta y unifica el aire entrante.El aire que entra en la nariz a 6° se calentará a 30° para cuando toque la parte posterior de la garganta, mientras que para cuando llegue a su destino final, los pulmones estará a una agradable temperatura corporal de 37 °C.
- Elimina una cantidad significativa de gérmenes y bacterias de aire respirado.
- Durante el ejercicio físico, permite una intensidad de trabajo lo suficientemente grande como para producir un efecto de entrenamiento aeróbico según la frecuencia cardiaca y el porcentaje de VO2 máximo.
- La nariz es una reserva de óxido nítrico, un gas esencial para mantenerse con buena salud.
En cambio la respiración bucal tiene inconvenientes que si practicas seguramente conocerás son los siguientes: los niños que respiran así corren mayor riesgo de desarrollar una postura adelantada de la cabeza y una fuerza respiratoria reducida.
- Contribuye a la deshidratación general, y ocasiona que uno se despierte con la boca seca.
- Una boca seca también aumenta su modificación y provoca más caries dentales y enfermedades en las encías.
- Provoca mal aliento por una flora bacteriana alterada.
- Se ha demostrado que aumentan significativamente los casos de ronquidos y la apnea obstructiva del sueño.
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Recomendaciones del autor para aplicar:
- Respira por la nariz, tanto de día como de noche.
- Deja de suspirar: trágate o reprime esos suspiros. Un suspiro cada pocos minutos es suficiente para mantener el exceso crónico de respiración, por lo que debes compensar tragándotelo o conteniendo la respiración. Si solo notas los suspiros una vez se hayan escapado, contenga respiración de 10 a 15 segundos para ayudar a compensar la pérdida de dióxido de carbono.
- Evita dar grandes bocanadas de aire al bostezar o al hablar. Quienes tienen baja tolerancia al dióxido de carbono suelen estar cansados y bostezan con frecuencia durante el día; por ello, trata de no respirar profundamente al bostezar. Del mismo modo, quienes tienen que hablar mucho en el trabajo deben ser conscientes de que su su respiración no ha de escucharse durante la conversación. Si descubres que puedes oírte respirar mientras hablas, es preferible reducir la velocidad de la conversación, usar frases más cortas y respirar suavemente por la nariz entre frase y frase.
- Observa tu respiración durante el día: una buena respiración no debe verse ni oírse en reposo.
Basado en el trabajo de Patrick McKeown.
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