Imagina que te dijera que todas las personas altas necesitan lo mismo. Es decir, que una vez que llegan a su condición de “altas” comparándolas siempre con la mayoría, con la media de la población, todas podrían usar el mismo número de zapatos, llevar los pantalones igual de largos o dormir en una cama de la misma medida. Supongo que ves lo absurdo de la situación. Porque aunque una persona de 190 sea alta, o incluso muy alta en comparación con sus iguales, es evidente que comparada con una persona de 2 metros, 210 o 220, no son iguales. Y es que en realidad existe tanta diferencia entre 190 y 210 como entre 160 y 190… y 30 centímetros de altura son muchos centímetros.
Pues bien, del mismo modo, dentro de la superdotación, por ejemplo, 30 puntos de CI pueden ser un abismo.
Seguimos hoy con el segundo episodio de la serie de 3, que vamos a dedicar a entender los diferentes de tipos de superdotación que existen, así como a distinguir las necesidades que se derivan, precisamente, de estas diferencias dentro de la capacidad intelectual general.
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