Bienvenidos al nonagésimo primer programa de EL TERCER PLANETA emitido el 18/05/2012 y conducido por Julio A. Guerrieri y Sergio O. Rubinetti ... y gracias por estar.
Con el nombre del dios romano de la guerra fue nombrado el cuarto planeta de nuestro Sistema Solar. El Marte romano ó el Ares griego brilla en la noche con un color rojo sanguíneo. Su extraño movimiento en el cielo cautivó la atención de todas las civilizaciones de la antigüedad y no es para menos: en cierta época del año su tradicional movimiento del saliente al poniente es detenido por algunos días para luego comenzar a moverse “hacia atrás” en la bóveda celeste y finalmente detenerse de nuevo y retomar su camino normal. Este comportamiento fue aducido a la fuerza poderosa de un dios; único ser capaz de mover las estrellas en el cielo. Con la llegada de Galileo, el telescopio y el método científico experimental, Marte se volvió más familiar para la gente. Percival Lowell a finales del SXIX divisó “canalis” sobre la superficie marciana, enseguida se supuso que los marcianos, sedientos de agua, cavaban zanjas para traer el líquido desde los polos del planeta. Aparecieron proyectos para comunicarse con los marcianos que iban desde el código Morse hasta incendiar medio continente para llamar la atención. A finales del SXX se enviaron sondas para ver de cerca al planeta. Se vieron cráteres, planicies, cañones, antiguos cauces de ríos, montañas y volcanes. El Monte Olimpo es el volcán más grande del sistema solar con el triple de altura del Monte Everest. Producto de la acción eólica y de la imaginación humana, aparecieron ahora imágenes de antiguas esfinges construidas por extintas civilizaciones que jamás existieron. Si sabemos que hubo mares en Marte y una atmósfera con oxígeno. Lo que no sabemos es lo que ocurrió con ellos. Marte se parece y se pareció mucho a la Tierra, tanto que hasta en la actualidad podemos seguir observando diablos marcianos danzando tranquilamente en el polvo del planeta rojo.
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