Bienvenidos al octogésimo segundo programa de EL TERCER PLANETA emitido el 16/03/2012 y conducido por Julio A. Guerrieri y Sergio O. Rubinetti ... y gracias por estar.
Somos afortunados. Nuestra especie desde que bajó del árbol, (pues entre tanto follaje sería muy difícil observar hacia arriba), quedó fascinada con el cielo estrellado. Esos objetos trajeron toda la mitología histórica conocida y fueron la imagen que dio origen a las religiones. Pero, ¿en todos los planetas ha pasado esto?
Sin ir muy lejos, en nuestro propio Sistema Solar encontramos distintos cielos de acuerdo con el tipo de atmósfera que se trate.
Solamente tres planetas poseen una atmósfera transparente que deja ver su superficie y desde ella, contemplar las estrellas: Mercurio, la Tierra y Marte. El primero por estar tan cerca del Sol no permite la existencia de gases envolventes. Marte, que en el pasado tuvo una atmósfera muy distinta la actual, no retuvo a la mayoría de los gases y en la actualidad es casi una roca pelada. Nuestro planeta tiene una atmósfera transparente. Si bien una imagen desde el espacio muestra casi siempre una relativa cantidad de nubes, éstas aparecen y desaparecen paulatinamente. Existen lugares privilegiados donde las nubes jamás se hacen presentes: es allí donde los grandes observatorios terrestres apuntan sus instrumentos al cielo profundo.
Cada planeta posee su propio cielo. Esto significa que si bien en un mismo sistema solar el espacio puede verse de la misma manera, la presencia ó ausencia de lunas y de otros planetas en ese espacio hacen que el cielo cambie completamente. Cada planeta y cada civilización tienen su propio cielo con distintas historias, culturas, religiones y filosofías. El cielo es un sello distintivo en la evolución de las especies inteligentes que marca el inicio de la idea de la Astronomía y el interés por el Universo.
El tercer planeta a partir del Sol tiene la sombra de la noche. No en todos los planetas de la galaxia ocurre esto, pero eso, es otra historia.
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