Muchas personas atribuyen características e intenciones humanas a objetos con los que conviven. Algunas establecen una relación íntima con sus mascotas; otras, en su imaginación, con estrellas del cine o de la música; y aún otros, tal vez los que se sienten más solos, atribuyen una vida imaginaria a ciertos seres inanimados de su entorno cotidiano, como el móvil, el cargador de la batería, o incluso, dramáticamente, el cubo de la basura. Esta tendencia se denomina antropomorfismo. Ahora un grupo de investigadores en psicología social de la Universidad de McGill, en Montreal, Canadá, decidieron estudiar la asociación entre la desconexión social y la tendencia hacia el antropomorfismo con un experimento. El resultado demuestra que la soledad es un factor que estimula las tendencias antropomórficas.
view more