La derrota de uno es victoria para otros
Hay un formidable pasaje en la Biblia, fantástico, fabuloso, por donde quiera que lo veas o lo quieras analizar, se encuentra en el libro de Romanos en el capitulo 8, de hecho todo la carta de Romanos es extraordinaria. Este el capitulo ocho en su última parte enseña en forma precisa que nada nos puede separar del amor de Dios.
El apóstol Pablo autor de esta carta, menciona que los creyentes en Cristo aunque pasen por luchas y pruebas no habrá nada que nos separe de él, en la parte final del capitulo hace la siguiente pregunta, ¿Acaso habrá algo que nos separe del amor de Cristo?. Y él mismo se contesta más adelante: “Claro que no, a pesar de todas estas cosas, nuestra victoria es absoluta por medio de Cristo, quien nos amó”. Una versión de la Biblia lo dice en otras palabras: “Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó”.
En otras palabras, para los creyentes en Cristo, las dificultades y las crisis, pueden ser buenas oportunidades, para en vez de alejarnos de él, nos acerquen, para salir independientemente de los resultados nunca derrotados, sino victoriosos, esta versión dice: “Más que vencedores”.
Hace tiempo escuche a un maestro decir, que una buena ilustración de un “más que vencedor”, bien podría ser similar al caso de una pelea de box, donde después de recibir muchos golpes y con heridas por todo el cuerpo y sangre derramada, uno de ellos resultar ser el vencedor, gano el cinturón que se disputaba, una cuantiosa suma de dinero y mucho reconocimiento, horas más tarde, llega su casa y lo recibe con un abrazo y un beso, su esposa y sus hijos, él todavía con mucho dolor por la pelea, le entrega a su esposa y sus hijos el cinturón que gano a precio de golpes y sangre, la esposa y los hijos son más que vencedores por medio de aquel que los ama, claro, ellos también comparten el triunfo, sin haber recibido un golpe, son “más que vencedores”.
Así, para los que somos creyentes en Cristo, a pesar de las luchas y pruebas, incluso de los desafíos y las dudas de nuestra fe. Nuestra victoria es absoluta, somos más que vencedores por el amor y la entrega de Cristo.
¿Todavía peleas con tus fuerzas?, ¿no te gustaría ser más que vencedor?
¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?- Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Romanos 8:35 y 37
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