Fingir ignorancia no te exime de las consecuencias
Cuando era niño, me encontré un perrito en la calle, le silbe y me siguió, cuando lo vi venir entonces avance mas rápido y corrió tras de mi, como me siguió apresuradamente, me asegure de que no vinieran autos y cruce la calle con cuidado para que también él pasara.
Lo logró, llego hasta la banqueta del otro lado, después se freno un poco y quiso regresarse, pero yo le silbe otra vez y volvió a seguirme, el último trayecto a mi casa, fue realmente fácil, me siguió y ya cerca de mi casa lo cargue y lo lleve conmigo.
Llegue a mi casa y le dije muy entusiasmado a mi madre: -“Me encontré este perrito”. Esperando que ella compartiera mi entusiasmo, pero inmediatamente ella me contesto: - “Qué me encontré este perrito ni que ocho cuartos”. -“Regresa a ese perro al lugar donde lo encontraste”, “sabes bien que es de los vecinos de la esquina”. Le dije: - “Estaba en la calle”, “Sí frente a su casa, yo lo sé, ve a regresarlo y asegurarte de que entre a su casa”. Mi madre no creyó el cuento de que estaba sin dueño. Otro día les platicaré que me paso de regreso a casa.
Otros igual que yo, en la calle se han encontrado una correa tirada y la levantaron y se la llevaron, dicen que no se fijaron que en la punta de la correa estaba un collar y en el collar un perro, lo notaron hasta que llegaron a casa con la correa. ¡ha!, mira esta correa traía un perro. No lo había notado.
Aun siendo adultos nos queremos hacer pasar por niños, no inocentes, sino ingenuos y seudo ignorantes, nos hacemos las víctimas y fingimos no saber, las consecuencias que traerán nuestros actos. Excusas como: “Me gaste este dinero pensando que no era de nadie”. “Comencé una relación ilícita suponiendo que no traería consecuencias”. “Hice trampa en el examen”. “Mentí sobre los gastos”. “Me involucre en lo que no debía”. Cosas como estas en la mayoría de los casos es como silbarle al perro, sabiendo que tiene dueño, o cómo recoger la correa y fingir que no viste al perro.
Responsabilizándonos de nuestros actos, midiendo las consecuencias, siendo veraces y realistas, nos evitaremos cargos, culpas y consecuencias. “Suelta la correa, regresa el perro a su casa”
Si eres sabio, te aprovechará el serlo; si eres cínico, sufrirás las consecuencias. Proverbios 9:12
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