Un corazón entendido comprende que más grande que el don es el dador
Es muy sencillo, giras la llave o el grifo y al instante tienes agua en tu lavamanos, o en tu regadera. Pero ¿de dónde proviene el agua que usamos para beber, lavar o bañarnos?. Todos sabemos que sale por el grifo, pero no viene de ahí, viene en realidad de las tuberías que están ocultas entre las paredes, ¿no es así?.
A ver, pensémoslo bien, no viene de las tuberías, pasa por ellas, pero no viene de ahí, estas son solo el medio por donde se canaliza para que llegue hasta donde se necesita. ¿De dónde viene entonces el agua de nuestra casa?, viene de unos depósitos que el gobierno instala en una zona o torre alta, para que por gravedad pueda hacerse llegar a los hogares, pero los depósitos son solo contenedores por donde pasa, pero no viene de ahí. Viene de otros depósitos mucho mas grandes desde donde se bombea para las torres, pero, otra vez, no viene de ahí, viene de ríos, lagos, pozos o manantiales. Pero no viene de ahí, nuevamente estos son solo conductos que la retienen o la canalizan, no viene de ahí, viene de mucho más allá.
¿De dónde viene el dinero que usas suplir las necesidades de la familia y la casa?. De tu billetera y tu chequera, pero no viene de ahí, viene de tu cuenta en el banco. NO viene de ahí estos son solo contenedores. A ver, pensemos bien, tu billetera, tu cuenta y tu banco son solo canales, viene en realidad de tu empleo o tu negocio, no viene de ahí, viene de tu esfuerzo y tus habilidades, pero no viene de ahí.
Amigos pensemos bien, viene de Dios, el es él dador de todo bien, nuestras pozos y nuestras tuberías, nuestras billeteras, nuestras cuentas, nuestro negocio o trabajo, son solo los canales que Dios ha escogido para hacernos llegar su bendición, no confundamos el tubo con la fuente. El agua, las fuerzas y el ingenio que tenemos es un don de Dios. No viene de nuestros tinacos, ni de nuestra cabeza, todo, absolutamente todo viene de mucho más arriba. ¿Tendremos algo que agradecer hoy?
Toda buena dádiva y todo don perfecto descienden de lo alto, donde está el Padre que creó las lumbreras celestes, y que no cambia como los astros ni se mueve como las sombras. Santiago 1:17
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