PROVERBIA (27/Abril/19) Árboles a nuestro alrededor 1ª Parte
Los amigos y la gente honesta en nuestro entorno son un regalo de Dios
La deforestación o también conocida como tala de arboles ha sido y sigue siendo un serio problema en el equilibrio que debemos mantener en la relación hombre naturaleza, las principales razones de la deforestación son en primer lugar la obtención de madera, en segundo lugar la necesidad de ganar terrenos para cultivo y en tercer lugar debido a los incendios que devoran todo lo que hay a su paso.
Enormes territorios han sido destruidos y arrasados debido a la deforestación sin una debida reforestación, con ellos se ha destruido el hábitat de muchísimas especies de animales que vivían entre los arboles y bosques que se eliminan.
Son bastantes las consecuencias que nos acarreamos al eliminar árboles que parece que están ahí sin razón ni sentido, y que no afectara en nada quitarlos de nuestro alrededor. Los suelos cambia, se desertifican superficies, cambia el clima, se provocan inundaciones y se afecta indudablemente el entorno debido a nuestra influencia sin conciencia.
Por ejemplo una de las consecuencias que no suponíamos al deforestar una ladera, es que en el tiempo de las lluvias torrenciales los árboles sirven de contención al agua y a los derrumbes, cuando quitamos los árboles ya no hay que los detenga y las poblaciones cerca de las montañas sufren por los deslaves. Todos conocemos historias de pueblos que han sido sepultados como consecuencia de un derrumbe, consecuencia de una deforestación, consecuencia de actuar ignorante o deliberadamente al suponer que no necesitamos árboles a nuestro alrededor.
He pensado que los amigos, las personas maduras, los justos, los fieles, los que nos aprecian y reprenden, son como los arboles en un bosque o en una ladera, parece que están ahí solo por estar, como un accesorio que adorna, que quizá embellece, que ayuda en algo, y a veces cometemos el error de pensar que hay que eliminarlos, que más bien estorban porque nos señalan y nos exhortan, que no los necesitamos, los quitamos para tener el campo libre, quiero espacio y no quiero que me estén diciendo que esta bien o mal.
No los hemos valorado como debe ser, luego del derrumbe y de la inundación, de la crisis, del fraude o de la soledad nos damos cuenta que no solo adornan, no estorbaban por fastidiar, están ahí para nuestro bien como un regalo de contención de Dios. No tales tu campo, aprecia a los que te contienen, y si por alguna circunstancia deforestaste o te deforestaron, busca lo mas pronto posible reforestar tu bosque, porque vendrán tiempos de lluvia y no podrás solo contra los derrumbes.
Nunca abandones a un amigo, sea tuyo o de tu padre. Cuando ocurra la calamidad, no tendrás que pedirle ayuda a tu hermano. Mejor es recurrir a un vecino que a un hermano que vive lejos. Proverbios 27:10
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