Un poco de paciencia en el momento preciso evita un mucho de conflictos
Quizá te ha pasado alguna vez, siendo conductor de un auto, o peor aun, siendo conductor de una bicicleta. Es un accidente común y estadísticamente es el que deja más lesiones a los ciclistas en los accidentes en que están involucrados con un auto.
Hablo del habitual accidente que se produce cuando un automovilista detiene su vehículo y abre la puerta sin darse cuenta de que va pasando un ciclista, lo cual provoca la caída de este. El automovilista quiere bajar de su auto y no se percata del ciclista, el ciclista, no alcanza a notar que en el auto hay una persona intentando bajar, se abre la puerta y no hay manera de reaccionar sin que alguien salga lastimado. Luego vienen las disculpas o la discusión sobre quién tuvo la culpa o quien tiene derecho, mas derecho al transito.
En países como Holanda esto es menos frecuente debido a que, por la gran cantidad de ciclistas en ese país, los conductores suelen tener internalizada la maniobra conocida como ‘Dutch Reach’, que consiste en abrir la puerta del vehículo con la mano opuesta. Es decir, si el piloto se va a bajar por su izquierda, debe abrir la puerta con la derecha, realizando una maniobra de torsión del cuerpo y la cabeza, lo cual le permite advertir si viene algún ciclista, motociclista u otro auto. Lo mismo debe hacer el copiloto: abrir la puerta con la mano izquierda cuando se va a bajar por la derecha. La maniobra permite que el conductor y los pasajeros del auto ejerzan su derecho a bajar y transitar por donde necesiten hacerlo, pero sin que por ello otros resulten dañados.
Qué buena maniobra, que gran idea, simple pero funcional, no bajo sin antes verificar si al hacerlo no lastimaré a alguien, y en caso de notar que alguien venga solo es cuestión de esperar un poco y luego proceder.
Qué bien seria emplear la ‘Dutch Reach’ también en nuestras relaciones sociales, que usáramos la mano contraria, que volteáramos completamente para asegurarnos, que nuestras acciones, decisiones y palabras no dañen a los demás, que podamos esperarnos y tenernos paciencia, que nos cedamos el paso y la palabra, en pocas palabras que pensemos en nosotros, pero también en los demás.
Pidamos que Dios nos ayude para ser capaces de internalizar un ‘Dutch Reach’ para las relaciones cotidianas y no solo al abrir la puerta del auto.
Amense entrañablemente los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honor, dando la preferencia los unos a los otros. Romanos 12:10
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