Dios esta al alcance de quien quiere comunión con él
Fui a una pequeña tienda de abarrotes cerca de mi casa a comprar un ingrediente que nos faltaba para preparar la comida de ese día, cuando estaba a punto de pagar vi en un refrigerador y en el anaquel detrás de la persona que estaba atendiendo varias botellas de una bebida tradicional de nuestra ciudad, me llamo la atención porque nunca había visto que la vendieran embotellada en las tiendas, ya que solo se vende en algunos pocos establecimientos del centro de la ciudad, te la sirven directamente de un barril y le ponen una pequeña cucharada de bicarbonato, te la mezclan con una cuchara y debes beberla inmediatamente. No sabía que ya la vendían en las tiendas. Pedí que me dieran una y la puse en el mostrador para pagar.
Entro un señor, que compro otras cosas y al ver la botellita también pidió una, para probar dijo también, estaba por pagar, cuando entro a la tienda otra señora que también se sorprendió de ver la botella y comento que no sabía que la vendían, mientras revisaba la botella, le dijo a la encargada: “Pero deberían ponerlas mas a la vista, donde uno las vea, no las escondan porque si no uno no se entera de lo que venden”. La encargada le mostró el lugar de donde tomo la que me dio a mí y le dijo: “Aquí están señora, le señalo el anaquel y el refrigerador que tenían muchas botellas, aquí están mire, a la vista de todos”.
La señora le contesto tal vez justificándose: “Ah sí, es verdad, lo que pasa es que yo nunca levanto la vista, siempre estoy viendo para abajo en este refrigerador, porque aquí esta todo lo que necesito”. “Nunca he necesitado nada de allá. Ah mira todo los que tienes ahí, no había visto todo lo que tienes, para la próxima ya sé que tienes esta bebida y otras cosas que he necesitado y no las había visto”.
¿Desde cuándo no volteas hacia arriba?, andamos casi todo el tiempo viendo hacia abajo, suponiendo ciegamente que todo lo que necesitamos esta aquí, abajo, muchos casi nunca levantan la mirada al cielo y no han sabido de los recursos que hay ahí.
Casi siempre se levanta la mirada en la crisis o en la desgracia y muchas veces es solo para reclamar o lamentarse. ¿Dios mío, dónde estuviste cuando mas te necesite?, ¿Si de veras existes porque no impediste que esto pasara?.
Levanta la vista con una oración, esta aquí enfrente de ti, él con todos sus recursos.
Porque lo dice el excelso y sublime, el que vive para siempre, cuyo nombre es santo: «Yo habito en un lugar santo y sublime, pero también con el contrito y humilde de espíritu, para reanimar el espíritu de los humildes y alentar el corazón de los quebrantados. Isaias 57:15
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