El trono de la gracia de Dios no tiene hora de cierre
Llego a nuestra casa como regalo de unos vecinos para nuestros hijos, era una hermosa perrita de raza… sabrá Dios que raza sería, era una criollita mezcla de dos razas pequeñas, chiquita con orejas que le colgaban, color café con blanco, noble y obediente como ella sola, se llamaba Jamaica.
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