Ser testigo de una falta te hace corresponsable
Mi esposa y yo estábamos en un tiempo juntos que tomamos regularmente para platicar, fuimos a desayunar a un restaurante que visitamos de vez en cuando, mientras tomábamos una taza de café y esperábamos lo que habíamos ordenado platicábamos con calma.
Frente a nosotros había un grupo de unas doce señoras, casi todas de la tercera edad, que mientras esperaban también platicaban y bromeaban entre ellas. Como siempre sucede en un grupo grande, no es posible hablar con todos, así que, terminas hablando con los más cercanos y en vez de un platica se vuelven muchas, dependiendo de los temas que salgan en los grupitos que se forman. En un momento de silencio entre mi esposa y yo, escuche a una mujer de la mesa contigua sentada a un extremo decirle en voz alta a la que supongo era la mujer más grande de edad, sentada al otro extremo: “Regaña a esta mujer”, - al tiempo que señalaba a quien estaba a su lado. - “Por andar diciendo mentiras y cosas que no son”. La mujer mayor le contesto: “Si tu oíste lo que dijo, entonces hazlo tú , no sé de que me estas hablando”. Luego siguieron cada una en sus pláticas. Por la manera en que se hablaban y por las risas entre ellas, era notorio que bromeaban con sus comentarios y exageraciones.
Aunque fuera un chispazo o una platica sin importancia, pensé que la mujer mayor tenía razón al decir. “Si tú lo oíste, tú llámale la atención”. En circunstancia de mayor relevancia esto significa que, “si tú te enteraste, si tú lo descubres, si tú eres testigo, si tú lo notaste. “Ya estas involucrado”, lo honesto es que des los pasos correctos para enmendar la situación.
Por ejemplo: Si sabes de alguien que es deshonesto, si sabes de un reporte falseado, si descubres que están mintiendo, si te diste cuenta, si los viste. ¡Ya estas involucrado!. Los extremos en estos casos es, correr y querer hacer justicia por cuenta propia o hacer caso omiso y fingir que no viste nada.
Nadie nos ha puesto como policías de la buena moral o como guardianes del buen comportamiento, no busques ser justiciera o vengador. Solo ser obligado o solidario con el bien, y buscar ser corresponsables con los demás, quizá nuestra llamada de atención, sea el estimulo que necesitan para reaccionar. Hay asuntos que no solo los jefes o el gobierno deben resolver, mucho se corrige con una llamada de atención sincera hecha con bondad.
Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado. Galatas 6:1
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