Hay mas mérito en dominar nuestra lengua que en ser un domador
Un amigo me platico que cuando era estudiante, en una ocasión en medio de su clase, debido a que ese día había un partido importante de futbol a nivel nacional, se suscitó una conversación sobre los equipos y los jugadores, la maestra esta presente pero permitió que los alumnos hablaran sobre el tema.
Un compañero de mi amigo comenzó a hacer comentarios sobre un jugador en particular, dando sus opiniones personales respecto a su desempeño, me cuenta que otros que tenían una opinión diferente a la de él, le debatían sus puntos, pero el compañero seguía empeñado en descalificar al jugador, la muestra intervino y le pidió que dijera un poco más sobre lo que pensaba, así que este alumno se sintió con permiso y expreso su sentir incluso al punto de ser ofensivo con sus ideas sobre dicho jugador, la maestra volvió a animarlo a decir su opinión y el joven agrego otros calificativos. Después de expresar todo lo que quizo, la maestro le comunico que debido a su forma ofensiva de expresarse del jugador que llego a ser famoso a nivel nacional e incluso técnico de la selección, lo reprobaría en su clase por meterse con su familia, ya que dicho jugador era su cuñado. Sin que hubiera conexión de lo dicho con su clase, la maestro no lo aprobó en su materia, al parecer como un escarmiento para el joven.
No solo porque nos puedan reprobar al final del curso, no para caerle bien a la maestra, sino por todas las implicaciones que hay en todos los ámbitos, debemos cuidar lo que hablamos. Nuestras palabras son como cuchillos que pueden usarse para comer o preparar alimentos que sean de animo para otros o pueden usarse como dagas que los ofendan y los dañen.
Nadie es suficientemente capaz o digno para menospreciar a otros o para descalificarlos, algunos aunque merecen que hablemos de ellos, no tenemos el derecho de hacerlo. Las platicas que se dan para criticar a las autoridades, las quejas de los hijos sobre los padres, de los alumnos sobre los maestros, de los empleados hacia los patrones o las ofensas de los padres a los hijos o de los patrones a los empleados, de poco sirven si no confrontamos a quien esta involucrado o no hacemos o contribuimos con algo para remediar. Hay mas mérito en dominar nuestra lengua que en lograr negocios, dar una clase, mandar o incluso ser un domador.
La lengua puede traer vida o muerte; los que hablan mucho cosecharán las consecuencias. Proverbios 18:21
Create your
podcast in
minutes
It is Free