No ames tus límites, con que los respetes y valores es suficiente
¿Lo has oido alguna vez?, ¿lo has dicho quizá?. Si te gusta llévatelo. Si sientes hacerlo hazlo. No te limites. Déjate llevar por tus instintos. Escucha tu corazón. No pienses solo ama. Si Dios te dio con qué, entonces úsalo. ¿Qué tanto es tantito?. Una no es ninguna. Mientras no le hagas daño a nadie haz lo que quieras. El corazón nunca miente
Y así podríamos seguir en una larga lista de frases o ideas que nos animan a pequeñas licencias y permisos suponiendo que ningún daño provocaran. Parece que el argumento es: Los demás no van a limitarnos, somos nosotros los que debemos decidir cuándo y dónde parar. Es más, ¿por qué debemos limitarnos?. Muchos suponen que los limites estorban, y que no hay que fijarse en ellos, sino encontrar la forma de saltarse las trancas y evitar a quien se te oponga, que los límites solo restringen. Es verdad estar demasiado limitado puede causar frustración, pero por otro lado observa lo valioso de los límites y las terribles consecuencias de no atenderlos.
Mira lo que pasa cuando el mar aunque sea por unos metros pasa de sus límites, ¿has oido que sucede cuando alguien pasa el límite de consumo de alcohol y lo combina con exceso de velocidad?, ¿qué pasaría si no hubiera un horario para entrar o salir del trabajo?, ¿qué si no hubiera fechas precisas para hacer nuestros pagos?. Observa lo que sucede cuando no le pones límite a lo que comemos, cuando no medimos lo que hablamos. Están por todos lados, son uno de los elementos que hacen que la vida en sociedad sea posible y que se propicie un sano desarrollo personal.
Podemos verlos como nuestros enemigos o como nuestros aliados, claro esta que no todos son saludables, pero los que son justos, genuinos y honestos, es muy probable que resulten para nuestro bien, aunque ahora los veamos como imposición. No digo que amemos los límites, solo que los respetemos y los valoremos. Son mas necesarios de lo que alcanzamos a entender.
“Maldito todo el que robe terreno a su vecino cambiando de lugar los límites de su propiedad”. Y todo el pueblo responderá: “¡Amén!”. Deuteronomio 27:17
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