"Hay que exportar... Hay que exportar más"
Éste era el mantra más repetido durante los años de recuperación de la crisis de 2008. Funcionó, al menos relativamente, dejamos de mirar a los lados a Francia y Portugal, nuestra industria salió al mundo a competir y conseguimos darle la vuelta a números hasta aquel momento jamás vistos como mínimo por aquella generación de empresarios, de jóvenes, que se internacionalizaron cuando no les quedó otra.
Entre los países a los que se acudía a enseñar nuestro repertorio de productos, estuvo por supuesto Europa, América, pero si había un país con el que soñaban los empresarios exportadores, ese era China. Fue uno de los países en los que más creció el volumen de exportaciones.
Quinientos años después de descubrir América, descubrimos Asia. Y como en todo nuevo mundo, los hay que van a evangelizar y los hay que van a comerciar. Hoy vivimos una crisis que empequeñece la crisis de 2008. Hablar de la post-pandemia es ciencia ficción en un momento en el que sólo cuenta el ahora. Pero de esta crisis también saldremos exportando y China cada vez más, deja de ser un país más, para ser “el" país.
Hoy la globalización nos permite poder exportar a China, sin empresa en China, sin registro de productos, sin burocracia, sin impuestos, sin presencia física.
Nos acompaña en el Lejano Este Angela Lin, la responsable de T-mall en España y Portugal y vamos a poner nuestro granito de arena para que más y más empresas aterricen en el mayor mercado del mundo.
Os dejo un dato para abrir boca: Si queremos saber “qué” se puede exportar a China, más de un 70% de los consumidores en T-mall Global son mujeres.
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