Temas a tratar:
Desarrollo:
1. Te conozco
Apocalipsis no es un libro ligero, es profundo y no nos debe traer miedo. Somos más que vencedores en Cristo Jesús.
Romanos 8:37 (RVR1960)
“Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.”
El tema principal del libro de Apocalipsis es Jesucristo y su iglesia.
Cada mensaje a las iglesias empieza con: “Yo conozco tus obras”, y termina con “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.
Este libro no sólo habla a un creyente, habla a una iglesia en conjunto.
Caminar aislados es difícil, especialmente en oposición. Nosotros somos más fuertes cuando estamos juntos.
Hablamos de las 7 iglesias, cada una de ellas es un candelabro (Apocalipsis 1:20), pero una de estas iglesias se apagó. Y que triste es cuando la iglesia no deja entrar a Jesús.
Muchos dicen ser cristianos pero no llevan el testimonio de una vida transformada. La verdad es que nadie puede tener un encuentro con Jesús y no salir diferente.
Hay lecciones para aprender en cada una de las 7 iglesias mencionadas en el libro de Apocalipsis.
2. Ten cuidado, no permitas
Nuestro trabajo no corresponde en identificar cuál iglesia está brillando y cuál no. Ese trabajo le corresponde a Jesús.
La responsabilidad de la iglesia cae sobre el Pastor, en cómo lidera el pueblo de Dios y que ha permitido en su iglesia.
Hay ciertos aspectos que no son negociables y no debemos permitirlos dentro de la iglesia.
Debemos tener cuidado, ¿Qué es lo que permitimos como líderes?
Recordemos la historia de Balaam en el Antiguo Testamento (Números 22 - 24).
El enemigo no puede maldecir lo que Dios bendice.
Pero hay que tener cuidado con la enseñanza de Balaam, es muy astuta (Apocalipsis 2:14).
No podemos ceder nuestros valores o enseñanzas. El mundo es atractivo solo por un tiempo, como iglesia tenemos que mantener nuestros ojos en Jesús.
No podemos permitir la enseñanza de Jezabel (Apocalipsis 2:20), profecías falsas que enseñan a las personas a ir contra la palabra. No podemos permitir que un espíritu dominante y de soberbia lleve al pueblo fuera de la enseñanza sana.
Como ministros de la palabra, nunca se trata de mí, se trata de Jesús.
Tampoco debemos permitir en la iglesia a los Nicolaítas (Apocalipsis 2:6,15). No permitimos este tipo de liderazgo dominante en la iglesia, que te hace someter o sufrirás las consecuencias.
No permitas a los judaizantes (Apocalipsis 2:9), que mezclan la ley con la gracia, que debemos aceptar a Cristo, pero mantener la ley.
Recuerda: no es por obras, sino por la gracia que somos salvos (Efesios 2:8-9).
3. Enseña lo que es
Muchas enseñanzas modernas postergan el poder completo de Jesús. Pero ya tenemos toda autoridad gracias a la cruz, hoy.
Estas enseñanzas son ataques que quieren atenuar la luz, y nos enseña como líderes ¿que es lo que permitimos en la iglesia?
Un líder replica en otros, lo que el líder es.
Como líderes o pastores debemos preguntarnos a nosotros mismos, ¿estoy modelando algo que no quiero replicar? ¿Soy yo quien está haciendo esto?
No es para traernos condenación, sino para enseñarnos lo que es.
Las ovejas conocen la voz de su pastor. Cuando entra una voz extraña, ellas pueden reconocer que no es su pastor (Juan 10:27).
Hay un liderazgo que modela la Biblia, cuanto más lideramos en este liderazgo, más brillará la iglesia.
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