Las citas divinas nunca deben postergarse
Mi esposa y yo estuvimos de visita en la casa de una amiga, nos pusimos al día de su situación familiar y de la salud de su papá.
Mientras platicábamos, su pequeño perrito se paseaba por la sala y en ocasiones se acercaba, luego se alejaba y se desaparecía y volvía más tarde, si no ponías atención ni siquiera te dabas cuenta que él estaba ahí.
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