¿Por qué cuando te toca una persona que te gusta saltan chispas y con otras ni te enteras de que te han tocado? ¿Por qué no te puedes hacer cosquillas a ti mismo? ¿Qué es la "piel de gallina"? El diálogo piel-cerebro es fascinante y bi-direccional: la piel sabe lo que sucede en la mente y la mente modula lo que sucede en la piel.
¿Sabías que el sentido del tacto es el último que se pierde ante una situación de inconsciencia o estado de “coma”? También es el último sentido en envejecer, por eso es tan importante acariciar a nuestros mayores, cogerles de la mano, etc...
Una de las razones más importantes por las que mantenemos relaciones es porque necesitamos el contacto, el puro roce de nuestra piel con otra piel, un abrazo sincero o dos cuerpos desnudos pegados. Así que olvídate de buscar el punto G, porque lo tienes delante: la piel es el órgano sexual más extenso, y aunque siempre se le ha dado un papel "preliminar" en las relaciones sexuales, las investigaciones más recientes le dan un papel protagonista.
Los genitales no son los únicos órganos capaces de hacernos enloquecer. La piel es una gran zona erógena en sí misma, aunque existen partes más propensas a producir excitación sexual si son acariciadas o besadas. Las zonas erógenas suelen ser aquellas cuya piel presenta una mayor cantidad de terminaciones nerviosas, por eso, además de los genitales, también son erógenos los labios, la piel del cuello, las axilas, la cintura, la cara interna de los muslos, el pecho, y muchos más.
Libros mencionados en el episodio:
"El Yo Piel" de Didier Anzieu
"Touch" de David J. Linden
"The remarkable life of the skin" de Monty Lyman
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