Michelle Bachelet esperó hasta el último momento (15 minutos antes) que ejercía funciones como Alta Comisionada para los Derechos Humanos, para publicar un largo y esperado informe que registró en su visita a la provincia de XinJiang en China, en la que concluyó que probablemente se cometieron crímenes contra la humanidad.
La minoría uigur, ha sido objeto de constantes abusos por parte del Estado chino, con graves denuncias por parte de organismos internacionales, activistas de derechos humanos, filtraciones policiales por parte de periodistas e incluso los testimonios vivos de sobrevivientes a los campos de concentración, que China ha denominado Centros de Reeducación y que ha negado con vehemencia todas las acusaciones.
Sobre el informe, al que ha tildado de ilegal e inválido, también se ha referido como una farsa orquestada por Estados Unidos y otras potencias.
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