Megan Buckley vivió centrada ―durante su adolescencia y juventud― en el ballet y la danza. En ese ambiente fue testigo de cómo los bailarines maltrataban su cuerpo para alcanzar las medidas de belleza escénica corporal que se esperaba de ellos. A nivel de fe, tenía una familia católica, pero en realidad ella no tenía realmente una relación personal con Jesús, no había tenido un encuentro con Él. En la universidad Megan comenzó a frecuentar Iglesias protestantes donde, al principio, se sentía cómoda. Pero pronto comenzó a darse cuenta de que le faltaba la Eucaristía y los demás sacramentos. A partir de ese momento comenzó su regreso a la verdadera Iglesia. En la Eucaristía y el sacramento del perdón encontró el amor de Dios. Descubre toda su historia en Cambio de Agujas.
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