San José de Cupertino nació en Cupertino (Italia), en un establo porque su familia era muy pobre. Era muy corto de alcances. A los 17 años entró con los franciscanos, pero fue despedido al poco como inútil. Después de un tiempo fue readmitido como oblato para cuidar una mula, aunque se le permitió estudiar. El obispo en persona quiso examinarlo para órdenes. El Santo cogió el Evangelio al azar y salió el único texto que sabía explicar. Desde entonces, los éxtasis y los favores milagrosos, se multiplicaron. Sus últimas palabras fueron para la Virgen: "muestra que eres mi Madre".
Create your
podcast in
minutes
It is Free