El arte de encadenar
¿Qué es un proyecto en escalada? Al contrario que escalar una vía a vista o en varios pegues en una sesión, escalar un proyecto consiste en buscar un reto lo suficientemente grande que te lleve varias sesiones y múltiples intentos resolver. ¿Cuántos? Eso dependerá de ti y del proyecto en sí. Eric Horst afirma que para escaladores que sólo salen a roca el fin de semana, los proyectos no deberían de alargarse más de 10-15 pegues o 4 -5 sesiones para mantener un equilibrio entre tu motivación y tu mejora. Sin embargo todos sabemos que los escaladores más avanzados, o aquellos que tenemos la suerte de vivir cerca de la roca invertimos muchas veces mucho más que eso en una vía, llegando a meses o temporadas enteras con un sólo objetivo en mente.
Lo que sí está claro es que combinándolo con una dieta sana de escaladas a vista y en pocos pegues para mantener la motivación, ensayar vías es el método más efectivo para mejorar en la escalada, subir el grado y enfrentarte cara a cara con tus limitaciones mentales. Si aún no lo has hecho, espero que este episodio te motive a salir ahí afuera a darlo todo y enfrentarte a nuevos retos.
En mi experiencia la mayor diferencia entre escalar vías ensayadas y a vista es la actitud con la que me enfrento a los pegues, es saber que cuando proyecto hay un proceso que se repite y hay que seguir, que puede ser más rápido o lento, pero que no se limita en ponerte a pie de vía y escalar a muerte. Por eso lo divido en 3 fases distintas.
Lo primero es buscar la vía en sí. Esta fase es lo que en inglés llaman project shopping, o ir de compras. Aquí buscarías y probarías varias vías que te motiven para ver si se adecúan a la escalada que más te motiva, que supone un reto importante pero no imposible, que te atraiga… En fin, se trata de buscar el feeling con la vía, vas a invertir muchos pegues en ella, así que es importante que te guste o la acabarás aborreciendo.
Una vez que elijas tu proyecto, dale uno o dos pegues con la intención de recabar la mayor información posible. Que tu asegurador se arme de paciencia, porque aquí no se trata de escalar rápido, ni a muerte, sino de probar todos los pasos muchas veces, de distintas formas, de encontrar pies ocultos, de buscar reposos, y sobre todo de identificar dónde están los pasos duros, cómo vas a chapar en las secuencias duras, y marcarte con un poco de magnesio los pies y manos claves que te resulten difíciles de ver.
Cuando tengas claro estos aspectos, hay que hacerse un mapa de la vía, ya sea mental o por escrito. La idea de este mapa es que tengas claro los reposos y secuencias duras y trocees la vía en cachitos más digeribles, más fáciles de asumir que los 20 o 40 metros enteros.
La última parte de la preparación es afilar tus armas mentales, ahora, antes de intentar ir a muerte es cuando hay que plantearse si te de miedo un aleje, si no escalas tranquila porque hay una repisa dos metros por debajo, si hay un chapaje al que llegas muy forzado y vas a tentarte de cogerte a la cinta.
Precísamente para prepararte mentalmente y poder superar tu miedo a volar, he escrito una guía que se llama “El Miedo a volar y 14 claves para superarlo”, y quiero regalartelo por estar ahí escuchando. Solo tienes que entrar en rockandjoy.com y la encontrarás ahí para ti.
Recuerda que el miedo a volar es el factor que limita a más de la mitad de escaladores a subir el grado y disfrutar. Si quieres saber cómo usarlo en tu favor entra en rockandjoy.com y descárgate la guía.
¿Recuerdas esos cachitos más digeribles? ¿Esos trozos que has planificado? Ahora es el momento de practicarlos y refinarlos hasta la perfección.
Una vez que los tengas bien refinados, intenta empezar a enlazar unos con otros. Recuerda que el objetivo aún no es encadenar, sino ser capaz de enlazar dos secuencias con buena técnica. Si el proyecto es un reto adecuado, no serás capaz de encadenar si no lo escalas sin errores, o cometiendo pocos, así que en la segunda etapa lo que quieres es interiorizar las secuencias y memorizarlas, para que obtengas la máxima eficiencia. Pero no te olvides de ir enlazándolas con las secuencias posteriores y anteriores, ya que no es lo mismo salir desde sentado en la cuerda que venir escalando.
Una vez sabes escalar bien la vía a trozos, toca plantearse la estrategia. Esto no es más que buscar en qué secciones tienes que escalar rápido para ahorrar fuerzas, aunque te suban las pulsaciones, cuánto tiempo necesitas en los reposos, qué secciones necesitan que escales despacio respirando profundamente y poniendo atención a pies muy pequeños.
Por ejemplo, en el proyecto que estoy trabajando ahora mismo tengo la siguiente táctica.
Teniendo todo esto listo ahora empieza a trabajar la vía desde abajo e ir subiendo el punto más alto. Otra técnica es trabajar la vía desde un punto medio en el que puedas llegar del tirón a la cadena e ir bajándolo cada vez más, ambos te van a ir dando sensaciones parecidas a un pegue real de encadene. Cuando tengas la vía a dos o tres caídas y sientas que realmente estás cerca, entonces pasamos a la fase 3.
Ya has trabajado la vía, de abajo a arriba, conoces las secuencias, los reposos, los movimientos, la táctica, y además has ido ganándole la fuerza y la resistencia hasta el punto en el que empieza a ser posible. Estás en la fase más bonita y más difícil, convertir todo este trabajo en un encadene.
Llegados a este punto tienen mucho más importancia tus condiciones mentales que cualquier otro factor. Empieza la presión de saber que es posible y querer hacerlo rápido, empiezan quizás los nervios. Puedes empezarte a caer en sitios en los que antes no caías o experimentar ciertos retrocesos en tu rendimiento. Es normal, lo importante es no venirte abajo, asumir que forma parte de la fase en la que te encuentras y perseverar.
Ahora tienes que tratar de buscar las condiciones óptimas, y no solo las ambientales, sino también las mentales y las físicas.
Si de verdad estás cerca de encadenar tu máxima dificultad, tendrás que poner atención a no llegar fatigado, a haber dormido y comido bien el día anterior, y a realizar un calentamiento adecuado.
Por supuesto busca las mejores condiciones atmosféricas que puedas, en el último vídeo de Ondra, lo vemos explicando lo que para él supone escalar con buenas condiciones. Si llevas escalando un tiempo lo sabrás, es increíble lo que cambia la sensación cuando hay buena adherencia y poca humedad, parece que estás escalando una vía mucho más fácil. Así que planifica a qué hora y qué día vas a tener mejores opciones y prepárate.
Además es imprescindible que realmente creas que puedes hacerlo, que tengas una mentalidad depredadora con la vía, que te visualices encadenándola con el mayor lujo de detalles que puedas los días previos a los intentos. Que te rodees de gente positiva que te anime a darlo todo, que te comprometas contigo mismo a dar todo lo que tienes y no dejarte nada por disconfort…
Aquí reside verdaderamente el arte de encadenar, todo lo demás no es más que ponerle tiempo, pero es en la batalla que luchas contra tu mente y tu ego por superarte donde está la belleza de escalar proyectos, de realmente superarte.
Se acabó la práctica, y es tu actitud la que va a determinar en mayor medida el éxito de tu aventura. Y recuerda que para mi el éxito no es encadenar, es realmente enfrentarme a mis miedos, mis debilidades y mis creencias; y poder encadenar o caerme dándolo todo, aplicando cada gramo de aprendizaje que obtenido durante el proceso.
Por eso, como dijo Manolo en la entrevista, lo importante no es encadenar, lo importante es que pase mucho tiempo intentándolo.
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El mundo es tu rocódromo, sal ahí fuera y disfrútalo!
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